El sábado 15 de junio, se reunieron los miembros del CPD en el Colegio Manuel Larraín de Talca, desde las 09:00 horas, para juntos buscar acciones que como Iglesia diocesana animen la misión en nuestras comunidades.
Con un rico desayuno se les dio la bienvenida a los más de 50 agentes pastorales que asistieron a este primer Consejo Pastoral Diocesano del año, seguidamente se les invitó a pasar al auditorio del colegio y el padre Cristian Avendaño Becerra, Vicario de Pastoral, fue el encargado de darles unas palabras de bienvenida.
“Agradecer primero el esfuerzo de todos por venir a este espacio pastoral, recordar que dentro de lo que hemos venido haciendo, el CPD es una instancia que de alguna manera quiere reflejar lo que significa la sinodalidad, un espacio que es convocado por el obispo y donde podemos conversar, reflexionar, proponer, escuchar, de dar algunos elementos para que se vayan tomando algunas determinaciones en la vida pastoral de la Iglesia”.
Así mismo, el vicario explicó los objetivos de este encuentro que se abocaban a acoger el trabajo de escucha realizado en el CPD de noviembre y en la Asamblea Diocesana de marzo, en torno a la intuición pastoral “Misión para una Iglesia en salida”, y la pregunta del Sínodo ¿Cómo ser una Iglesia sinodal en misión?
Seguidamente, el equipo de Espiritualidad de Talca, invitó a los agentes pastorales a ponerse en oración, con una reflexión en silencio que fue bien acogida.
De la actitud a la acción
Para ayudar a realizar una reflexión teológica pastoral sobre este tema, se invitó al padre José Ignacio Fernández, que explicó la misión desde tres puntos importantes, la misión cristocéntrica, Dios padre amoroso y comunión en el Espíritu Santo, trabajando con una propuesta de los conceptos que salieron en esas instancias pasadas.
“Hay un gran grupo de respuestas que tenían que ver con una Iglesia más abierta, más inclusiva, donde haya participación de los jóvenes, entonces me parecía a mí que eso venía reflejando la paternidad de Dios, me imagino que nosotros mismos al expresar esto es porque tenemos cierta cercanía con el evangelio de Jesús y por eso nos surge que queremos una Iglesia que sea capaz de reflejar esa paternidad de Dios que nos ha demostrado Jesús”.
“Tenemos que preguntarnos entonces ¿qué acciones son capaces de responder estas actitudes que han surgido en este proceso? (…) tenemos que empezar ese proceso que nos encamine a las acciones, ya hemos definido las actitudes y ahora hay que pensar en las acciones. Para eso tenemos 3 preguntas que van a responder de forma individual y comunitaria”.
Llegados a este momento, los agentes pastorales eligieron entre las tres preguntas para iniciar su reflexión personal, ¿Cómo vivimos la diaconía a la manera del padre amoroso?, ¿cómo damos testimonio de Jesucristo en la Iglesia de Talca, en mi comunidad? y ¿cómo hacemos escucha del Espíritu Santo en la Iglesia de Talca, en mi comunidad?
Una vez realizado el trabajo en solitario, se invitó al trabajo en grupo, por comunidades que eligieron las mismas preguntas, las que luego plasmaron en un formulario Google, para así presentar las respuestas seguidamente en un plenario.
Escuchando a los agentes pastorales
Durante esta instancia, Iris Moris, de la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Curicó, expresó que una acción concreta viendo la realidad de la tercera edad en sus comunidades, “nosotros hemos desarrollado un equipo que en cada celebración como Pentecostés, o fiesta patronal, se visita a cada familia del barrio y se les lleva una velita o algún signo, hay un acompañamiento real, y eso siento yo que ha marcado una diferencia muy grande, porque con esos pequeños gestos hemos logrado atraer a la familia de estos adultos mayores que puedan estar postrados a la parroquia, porque se siente el cariño, que la parroquia no los ha abandonado, son acciones que se pueden replicar en otros lugares”.
Así mismo, Yoana González del Santuario El Carmen de Curicó, indicó que “hay que considerar que para aplicar bien el verbo actuar, no solamente hay que aplicarlo con la comunidad, sino con nosotros mismos, creo que es fundamental que nosotros nos autoanalicemos e identifiquemos las habilidades que nosotros poseemos y así poder entregar mejor esas habilidades, entregar eso a la comunidad, no es simplemente poner a una persona por buena voluntad”.
Ya para concluir este CPD el obispo de nuestra diócesis, el padre Galo Fernández aseveró que “estamos en un tren en marcha, nuestras comunidades están actuando. En realidad, las preguntas que tenemos que hacernos es ¿qué cambios en nuestra manera de actuar hay que aplicar?, en la catequesis, en el acompañamiento a la familia de los difuntos, en la pastoral juvenil, con las familias (…) digo esto para alentarnos ya que estamos en un proceso que nos cuesta definir las acciones, pero vamos avanzando, y efectivamente es precioso oír lo que sucede en la vida pastoral de nuestras comunidades”.
Con unas ricas empanadas que pudieron disfrutar los asistentes, se dio por concluido este CPD.