Recordando esta frase del antiguo obispo de Talca y con una misa se festejó este martes 26 de octubre el 37 aniversario de la emblemática institución educativa que lleva su nombre.
La celebración Eucarística se realizó en el gimnasio del colegio y estuvo presidida por el obispo, Galo Fernández y concelebrada por el padre Patricio Espinoza, capellán del centro educativo. En ella estuvieron presentes alumnos, profesores, funcionarios del colegio, directivos y apoderados, manteniendo el aforo permitido.
En la bienvenida, nuestro pastor saludos a todos los presentes y a quienes seguían la transmisión especial realizada por Zoom, para aquellos que no pudieron asistir. Una vez realizada las lecturas del día, monseñor Fernández aseveró en su homilía que no podíamos omitir este acto de acción de gracias pese al tiempo que nos toca vivir, donde tenemos que cuidar los aforos.
“Esta es una historia que nace en el corazón de la Iglesia, inspirada en los valores de la Iglesia y queriendo cumplir la misión de educar a los niños, o mejor dicho apoyar a los papás a los apoderados en la noble tarea de la paternidad y la maternidad, que no consiste simplemente en engendrar sino en ayudar a que crezcan”.
Las cosas de Dios son pequeñas
Haciendo referencia al Evangelio, el obispo indicó como aquello que parece diminuto y pequeño, tiene toda una fuerza interior que puede crecer y que esperamos que crezca.
“Las cosas de Dios se presentan así, parten de pequeñito, el grano de mostaza a quien nombran como una de las semillas más pequeñas y sin embargo está todo ahí contenido para crecer (…) la tarea de la familia a la cual se pone en servicio el colegio, es la tarea de que esa vocación interior puesta en el corazón de cada uno de los alumnos y alumnas del colegio pueda crecer, florecer y manifestar ante el mundo todo el bien, todo el amor que Dios quiere poner a través de cada uno de ellos. En definitiva, no es el colegio que tiene que crecer, ser más grande e importante, sino el que se pone al servicio de la tarea de hacer crecer”.
“El colegio tiene como modelo inspirador a don Manuel Larraín, obispo de Talca durante muchísimos años, que tuvo una trayectoria muy valiosa, de él también decían que era un hombre pequeño, bajo, y sin embargo de un vigor extraordinario (…) don Manuel Larraín fue un gran luchador por la justicia y por la paz, fue el que anticipó la reforma agraria, es decir a que los campesinos tuvieran acceso a la tierra de manera digna”, agregó el padre Galo.
El obispo finalizó sus palabras indicando que hoy celebramos este aniversario con la convicción de que el colegio tiene sus fundamentos en el Evangelio de Jesucristo y pone su confianza en continuar en estos tiempos en la alegría, en el amor y en el servicio.
Aprendiendo de los desafíos
Culminada la Eucaristía, Mauricio Mora Retamal, director del Colegio Mons. Manuel Larraín de Curicó afirmó que en este día tan especial quisieron resaltar la vigencia del mensaje de don Manuel, en especial en estos tiempos que han sido complejos.
“Es muy importante entender que estamos sujetos a desafíos que nos imponen los tiempos que corren, hemos tenido una pandemia que nos enseñó muchas cosas valiosas en términos de pedagogía y de transmisión de la información, y estamos aprovechándolo con la gracia de Dios para seguir creciendo como colegio y para seguir haciendo crecer a la comunidad de la cual somos responsables”.