Los integrantes de la comunidad de Lipimávida desarrollaron un esfuerzo mancomunado para poder cambiar el techo de la capilla Padre Hurtado, en este lugar de la Zona Costa de nuestra diócesis.
Producto del paso del tiempo y en especial de las lluvias se hicieron goteras en esta iglesia perteneciente a la parroquia de Licantén. “La iniciativa surgió de esta necesidad puntual”, señaló el diácono Pedro Julián Jofré Pavez, “incluso se estaba echando a perder la madera y los recursos que tenemos son tan limitados”.
Con este panorama, durante el verano empezaron las primeras gestiones compartiendo la situación con las personas que llegan a veranear al lugar. “Poco a poco empezaron a cooperarnos algunos con dinero y con eso pudimos mandar a hacer las planchas a Santiago. En todo ese tiempo logramos reunir alrededor de 4 millones de pesos, pero nos faltaba para la mano de obra. Hicimos algunos eventos, por ejemplo, vendimos comida, invitamos a la gente a almorzar y eso fue un éxito, se acabó todo: cazuela, pescado, etc. Ahí logramos reunir 2 millones de pesos”.
Otro punto muy importante es que personas que viven en Lipimávida se hicieron cargo de la mano de obra. “Me dijeron que no buscara trabajadores, ellos mismos se hicieron cargo de instalar el techo, se pusieron con unos días de su trabajo. Así que nos embarcamos en esto y resultó muy bien, en tres días cambiamos todo el techo. Todo fue un trabajo comunitario, los hombres colocaron la techumbre y las señoras vinieron a hacer comida. La gente quedó muy contenta. Ahora solo nos queda darle una manito de pintura a la capilla”, aseveró Pedro Jofré.
El diácono permanente expresa que las personas del sector quedaron muy entusiasmadas, “les gusta participar, tal vez no van asiduamente cada domingo a las celebraciones litúrgicas, pero sí son muy solidarios y eso es algo que hay que destacar”.
Las jornadas de cambio de techumbre en la capilla Padre Hurtadose hizo durante tres días: 27 y 28 de septiembre , y 5 de octubre.