277 años desde que fuera fundada la capital regional del Maule, celebró este lunes 13 de mayo.
La iglesia catedral de Talca acogió a autoridades, estudiantes y a cientos de habitantes de la comuna, quienes se reunieron para dar gracias a Dios a través de la celebración del Te Deum, que fue presidida por el obispo Galo Fernández Villaseca, Administrador Apostólico de la Diócesis de Talca.
“La ciudad no solo es un conjunto de edificios, de calles, de plazas; la ciudad es ante todo casa común, historia compartida. Ciudad y tierra que Dios nos regala para compartir, pero que también pone en nuestras manos porque es tierra transformada por la obra del trabajo de todos”, dijo el pastor diocesano.
Es bueno bendecir y alabar a Dios que regala la tierra, los materiales, expresó el padre Galo, “y también al Dios que ha impulsado los corazones para contribuir al bien, a la justicia, a la convivencia. Dar gracias por la vocación de tantos hermanos y hermanas, hombres y mujeres, que desde distintos espacios contribuyen a una convivencia fecunda”.
“Junto con entonar la acción de gracias nos reúne también la súplica, porque miramos lo que hemos caminado, lo bueno y lo malo. Soñamos con un tiempo que Dios nos regala para construir un mundo mejor”, agregó el obispo.
El desafío como ciudad es procurar una convivencia donde cada persona sea tratada según su dignidad: “Donde cada uno de los ciudadanos pueda vivir en alegría y en paz, y pueda aportar con los dones que el mismo Dios le ha regalado. Queremos escuchar la voz para que inspire nuestros corazones”.
Más adelante, en el momento del ofertorio se obsequió a los trabajadores de la Municipalidad de Talca, un cuadro con una oración para que inspire su labor como servidores de la comuna y sus habitantes.
La liturgia culminó con el canto del Te Deum y la bendición del obispo.