Hoy nos encontramos en una realidad muy especial, todo ha estado cambiando, desde el inicio de este año nos enfrentamos a una nueva realidad desconocida, que nos ha generado distintas reacciones; a nivel personal, familiar, laboral y también como Iglesia diocesana.
Pbro. Cristian Avendaño Becerra
Vicario Pastoral y Coordinador Comisión Organizadora del 15 de Agosto
Recuerdo en el mes de marzo, después del retiro del clero, comenzamos a tener reuniones en la Vicaría Pastoral para entregar las fechas que nos ayudarían a organizar todas las actividades del año 2020, en ellas aparecían: el inicio del año pastoral, los consejos pastorales diocesanos, curso de invierno del clero, fiesta del 15 de agosto; mes misionero, semanas sociales, etc...
Todo cambió tan rápido que de un momento a otro nos vimos en la situación de cerrar todo, nada podíamos hacer, todo encuentro presencial estaba limitado, había que informarse para saber qué es lo que podíamos realizar y que actividades no, al poco andar se tuvo que tomar las decisiones, siguiendo las indicaciones de la autoridad de salud de no realizar ninguna actividad presencial en nuestras parroquias, lo cual nos llevó a discernir como Iglesia, para responder a la pregunta: ¿Qué nos pide el Señor en este tiempo de pandemia?
Inmediatamente mirando nuestras parroquias comenzaron las iniciativas de tipo social, que han generado una corriente de solidaridad en muchas de nuestras iglesias, por crear instancias que buscan atender y llevar el alimento físico y espiritual a familias que no tienen verdaderas posibilidades de tener lo básico en sus hogares.
Junto con estas iniciativas, que nos enorgullecen, como Iglesia, miramos nuestras actividades programadas para este año 2020, en oración y discernimiento descubrimos lo que el Señor nos estaba diciendo; una palabra que sonó muy fuerte era el “Encontrarnos”, había que buscar los medios y las formas para saber si era posible retomar de una manera distinta algunos encuentros que sabemos, son parte central de la vida diocesana, es por esto que nuestro primer desafío fue realizar nuestra Asamblea Diocesana, no teniendo mucha experiencia en cómo técnicamente debíamos realizarla, pero sí, manteniendo la confianza en el Señor, que si estábamos preparando un momento importante para nuestra Iglesia. Así llegamos al día donde el Administrador Apostólico compartía su mensaje con sus fieles por estos nuevos medios tecnológicos que siempre serán un desafío a nuestro aprendizaje para abordarlos cada vez de mejor manera.
Hace algunos días atrás, 25 de julio, tuvimos el Consejo Pastoral Diocesano, en él uno de los objetivos era profundizar en el mensaje del P. Galo para nuestra diócesis, ya comenzamos a manejar los medios tecnológicos con una cierta seguridad, siempre pensando que debemos seguir aprendiendo de ellos.
Hoy entrado en el mes de agosto, comienza a presentarse la Fiesta de la Asunción de la Virgen a los Cielos, ella quien nos indica el camino que todo hijo de Dios está invitado a recorrer, nuestra meta es el cielo, encontrarnos con nuestro Padre Dios.
El 15 de Agosto está en el corazón de los fieles de la Iglesia diocesana, todos tenemos distintas experiencias de las vivencias de estas celebraciones, la importancia que tiene este encuentro se responde con el corazón; muchos desde pequeños han participado de esta celebración; muchos que no se veían hace tiempo volvían a encontrarse; la alegría en los lugares de recepción se hacía presente; se planificaban los distintos momentos con gran dedicación para que todo estuviera lo mejor posible; los jóvenes con su entusiasmo ayudaban, religiosos y religiosas participan en la procesión, los sacerdotes colaborando en las confesiones, la celebración de la Eucaristía preparada recogiendo en sus distintos momentos las vivencias diocesanas, es decir una vida diocesana que se caracteriza por la alegría de encontrarnos y escuchar el mensaje del Pastor que nos anima a seguir viviendo al estilo de Jesús en nuestras parroquias, colegios…
Hoy nos encontramos en esta situación de pandemia, sabemos que no podemos realizar un encuentro como años anteriores, pero tenemos la certeza que debemos vivirlo, con el mismo entusiasmo de siempre. La Comisión Organizadora ya se ha encontrado para discernir cómo debe ser esta celebración, qué elementos son importantes tener presente en ella.
El lema que se ha elegido es “VEN CON NOSOTROS A CAMINAR, SANTA MARÍA VEN”; queremos recordar a través de fotografías las celebraciones de años anteriores; vivir una novena para prepararnos a la celebración; agradecer la vida religiosa, agradecer la corriente solidaria que en muchas parroquias hoy se materializan en alimento al hermano que lo necesita; agradecer todas las celebraciones que se realizan vía online que genera cercanía de muchas personas a sus parroquias y la posibilidad de rezar por nuestros hermanos enfermos y los que han partido a la casa de Padre, escuchar el mensaje del Pastor a sus fieles en este tiempo.
Por último quisiera invitarlos a todos a encontrarnos por las distintas plataformas en las cuales se transmitirá la celebración del 15 de Agosto, sabemos que va ser distinto, pero lo que más nos mueve es tener la certeza que la buena Madre María no deja solo a sus hijos en este tiempo de aflicción, por eso como Iglesia diremos ese día “SANTA MARÍA VEN”.