Estas fueron parte de las palabras del obispo Galo Fernández durante la celebración de Nochebuena en el templo catedral de Talca, el martes 24 de diciembre.
La iglesia catedral estaba repleta de fieles que llegaron a esta importante celebración eucarística que comenzó con la entrada del Niño Dios, que fue llevado por una familia de la comunidad. La imagen fue depositada en el hermoso pesebre, signo característico de la fiesta de Navidad.
“Hay distintas religiones con las cuales tenemos muchas cosas en común que creen en un Dios grande todopoderoso, en un Dios que es misericordioso, pero solo el cristianismo cree en esta locura. Que Dios se hizo hombre, que habitó en medio de nosotros, la encarnación del Hijo de Dios es un acontecimiento sorprendente, maravilloso y por algo ha quedado marcada la historia humana en un antes y un después de modo radical”, expresó el obispo de Talca.
“Y el mundo entero se conmueve por esta presencia que a veces apacigua la violencia de la guerra, cuanto quisiéramos que fuera así siempre despertando una corriente de solidaridad y de amor extraordinarios (…) Jesús nació en un pesebre que no es un lugar apropiado para la vida de cualquier persona, es lugar de animales. Nace ahí porque no encontró lugar en la morada de los hombres, José y María no estaban en su pueblo, habían sido forzados por un decreto del emperador que mandó a empadronarse. Fue una elección de Dios, el Padre eterno creador del cielo y de la tierra a cuyo imperio pertenece todo el universo, entró en la historia por el lugar de los últimos, los más pobres y lo iluminó todo”.
Al contemplar el pesebre vemos algo muy bello, afirmó el padre Galo: “Algo tan hermoso, tan pleno, y lo celebramos queriendo convertir nuestro corazón, dejándonos convertir a la novedad del resplandor del niño en el pesebre. Al resplandor del niño del pesebre tanto título honorífico parece inútil (…) Jesús inaugura una forma de vivir en el respeto, en el amor, en el cuidado de uno por el otro”.
A pocos días del comienzo del Año Jubilar, nuestro pastor indicó que el Papa Francisco ha puesto el acento en la idea de la esperanza, “la esperanza que viene de Dios es la que no defrauda porque muestra el poder que es capaz de hundirse en nuestra miseria para hacer surgir una vida nueva y distinta. La esperanza nos tiene que sostener para comprometernos a ser cada uno de nosotros constructores de un mundo donde impere la justicia, la bondad, la verdad, todo aquello que en Jesús se hace presente”.
Tras la comunión se efectuó un momento de adoración al niño en el pesebre y el obispo hizo pasar adelante a todos los menores presentes, para concluir con la bendición.
Como ya es tradición el alcalde de Talca, Juan Carlos Díaz, puso una imagen grande del niño en el pesebre instalado en el frontis de la iglesia, momento que fue seguido con expectación y alegría.