Con una eucaristía los integrantes de este comedor solidario celebraron sus seis años de trabajo para la comunidad, en especial a las personas mayores y a quienes están más solos.
La misa se celebró bajo una fuerte lluvia en la capilla de Huaquén que pertenece a la parroquia de Villa Prat en la mañana del jueves 21 de agosto, siendo un momento de gratitud por estos años de acompañamiento a los más postergados. La eucaristía estuvo presidida por el párroco, padre Sergio Díaz Cubillos.
“Es un hermoso gesto y servicio el que hace este comedor, compartir el pan cada día con cerca de 30 personas y con el apoyo de la municipalidad, las señoras que cocinan, el aporte de varios otros con dinero y alimentos. Por todo esto damos gracias a Dios”, comenzó diciendo el padre Sergio.
“En medio de las dificultades hay que armar redes sociales para levantar a la gente, Dios está en medio de ellos. Ya llevamos aquí seis años entregando esperanza a las familias, a los mayores, a los ancianos que están solos o tienen alguna discapacidad. Tuve hambre y me diste de comer dice Jesús. Me atrevo a decir que ustedes son benditos porque han sido muy solidarios”, expresó el párroco de Villa Prat.
Al culminar la celebración eucarística, la encargada de la comunidad de Huaquén y coordinadora de este comedor, Ivonne Benavides, manifestó su alegría por este proyecto nacido en mayo de 2019 pensando en los adultos mayores.
“Gracias al empuje de nuestro sacerdote y la comunidad quisimos seguir después de la pandemia. La municipalidad siguió financiando a las manipuladoras de alimentos lo que es un gran aporte para nosotros. Seguimos con eso gracias a Dios, con puras ganas. No teníamos nada, no sabíamos de dónde íbamos a sacar la mercadería, ni sabíamos cómo íbamos a comprar el gas. Y empezaron a surgir redes de apoyo. Cuando me preguntan de dónde sale la ayuda digo que es gracias al Espíritu Santo y a todos ustedes”, destacó Ivonne Benavides.
Al pasar el tiempo tuvieron el apoyo de la Vicaría de Pastoral Social a través de su coordinador, Ronald Piña. También surgió el grupo Manos Unidas que los ayudan mucho y varias personas más que se han sumado a esta obra social.
“Por ejemplo, Ronald nos enseñó a ordenarnos en los gastos y recursos, llevar las cuentas claras. Hoy entregamos 30 almuerzos de lunes a viernes. Son 600 raciones de comida al mes. Por todo eso solo queda dar gracias a Dios”, indicó Ivonne.
Tras la misa se compartió un almuerzo con todos los integrantes de este comedor, en que reiteraron la gracias por el esfuerzo para hacer realidad esta bella acción solidaria.