Este lunes 22 de septiembre a las 12:00 horas se celebró la eucaristía en el templo catedral de Talca donde se recordó con mucho cariño a Mons. Carlos González, a 17 años de su pascua, y quien fue obispo de nuestra diócesis por 30 años.
La misa fue presidida por nuestro pastor diocesano, monseñor Galo Fernández, quien luego de las lecturas del día, expresó en su homilía que “la diócesis celebra este año su centenario, 100 años de historia diocesana, de gobierno pastoral, aunque la presencia eclesial en nuestras tierras todavía es muchísima más extensa. De estos 100 años, don Carlos González, fue su pastor ni más ni menos que un tercio, 30 años en periodos muy diversos y cambiantes, las circunstancias sociales, económicas y políticas del país, fueron muy diversas, pasando por un periodo tan doloroso y complejo, de atropello a la dignidad de la persona y de los derechos humanos, por momentos de pobreza y tensiones gigantescos. Y en medio de ello el caminar de una Iglesia que buscaba estar siempre junto al pueblo, especialmente en defensa de los últimos”.
“Le tocaron épocas muy complejas a don Carlos y sin embargo las recordamos como preciosas también, porque se muestra una época de un compromiso vivo y activo de la Iglesia en servicio de este pueblo, que el anuncio de Jesucristo y de su evangelio nos tiene que llevar siempre a un compromiso con las personas y en particular con los que sufren y experimentan más dificultades, damos gracias por este ministerio”.
Así mismo, recordó cómo influyó Monseñor Carlos González en muchas de las personas presentes en este día, tanto en historias a nivel personal, en su experiencia de fe, en el ánimo les dio para su vocación y servicio.
“Pienso que don Carlos en sí mismo también es una preciosa lámpara que nos anima a continuar nuestro desafío en tiempos distintos, diversos, pero conscientes de las dificultades de la gente de hoy, y conscientes de que el tesoro que hemos recibido en nuestras humildes vasijas es precioso, es una luz que requiere el mundo de hoy”.
De igual forma, aseveró que nos comprometemos a seguir con coraje, con valentía y fidelidad, proclamando esta buena noticia: “Celebremos este aniversario queriendo renovar el espíritu, la lucidez que don Carlos regaló a esta Iglesia”.
Para el momento del ofertorio, se presentó un cuadro con una foto de monseñor Carlos González y su lema episcopal “Ven Señor Jesús”, además del pan y el vino.
Y ya luego de la bendición final, fieles presentes así como trabajadores del Obispado de Talca, del CFT San Agustín y de la Fundación Crate, bajaron hasta la cripta donde reposan sus restos, para dejarle un ramo de flores en este nuevo aniversario de su pascua.