El domingo 21 de septiembre, Patricia Maldonado y Maritza Cabrera fueron enviadas como ministras en esta parroquia de Talca Ciudad, en una celebración eucarística presidida por nuestro obispo, monseñor Galo Fernández.
Patricia Maldonado, es de Talca, tiene 63 años, está casada con Osvaldo Poblete, tiene 3 hijos y 5 nietos, inició sus pasos como agente pastoral en la parroquia Inmaculada Concepción de Cauquenes, comuna donde vivió por muchos años por motivos del trabajo de su esposo.
Desde principios de los 2000 regresaron a Talca, y en el 2003 comenzó a asistir a la parroquia Sagrada Familia, y luego a participar en un grupo de oración. Con los años fue involucrándose más con la vida pastoral a través de la liturgia y hace un par de años, el padre José Ignacio Fernández junto al diácono Jorge Bravo, la invitaron a participar en la formación para ser ministra enviada, algo que ella aceptó con mucha responsabilidad y cariño.
“Yo en mi corazón sentía que había algo diferente que Dios me tenía preparado para hacer en mi parroquia, para hacer un servicio de otra manera, yo no lo entendía en ese momento, porque como soy una mujer de oración, el Espíritu Santo a uno le va soplando, le va mostrando las cosas, pero yo no sabía qué era. Hasta cuando Jorge Bravo me dice y ahí me di cuenta que era eso, sin tener yo idea, más menos de lo que significaba la formación, de lo que era ser un ministro enviado. Entonces, durante estos 2 años la formación fue algo lindo, enriquecedor para mí porque me enseñó distintos aspectos en relación al servicio a mi comunidad, porque eso es lo que conlleva este ministerio. Para mí ha sido muy provechoso y he sido muy bendecida, porque conté siempre con el apoyo de mi esposo y mis hijos”.
“Yo nunca me imaginé que iba a ser todo tan rápido, pero ha sido algo hermoso porque de la comunidad también he sentido su cariño, su apoyo. Eso para mí es importante, y también el apoyo del padre José Ignacio Fernández. No tengo palabras como agradecer todo eso, pero para mí ha sido una experiencia maravillosa poder saber que puedo estar al servicio de mi comunidad, de poder ayudar e ir más que nada a la escucha de mi hermano, porque hoy en día, sobre todo los adultos mayores necesitan también ser escuchados”.
Por otra parte, tenemos a Maritza Cabrera, ella es venezolana, tiene 58 años, y vive desde hace 8 años en Chile, llegó a Talca porque empezó a trabajar como académica en la Universidad Católica del Maule. Siempre se ha involucrado y participado en la Iglesia, y cuando empezó a vivir en Talca, comenzó a participar en el Santuario de Pompeya, luego se mudó y ahí llegó a la parroquia Sagrada Familia específicamente a la capilla Jesús Maestro, participando en el coro y después como encargada de liturgia. Dice que se siente muy orgullosa por ser tomada en cuenta para este ministerio, donde además es la primera mujer extranjera en asumirlo.
“El padre José Ignacio junto con los coordinadores de la comunidad, el diácono Jorge Muñoz y su esposa María Alina me dieron la información de este ministerio, luego nos convocan a mí y a Patricia, y el padre nos da la noticia y yo caigo en llanto. Lo único que le decía al padre era “mi corazón dice que sí, pero mi razón pregunta qué es eso, cómo se hace, por qué a mí", y él muy generosamente me sonríe y me dice, ‘No te preocupes’, ahí entendí que debía entregarme al proceso y dejar que Dios hiciera su obra”.
“Durante la formación nuestros profesores fueron extraordinarios, contamos con un grupo de profesionales maravillosos, no solamente en teología, sacerdotes, religiosas, sino también profesionales laicos de diferentes disciplinas donde fuimos llevados a un discernimiento continuo, nos alimentábamos constantemente de sus conocimientos, pero al mismo tiempo de nuestros compañeros y compañeras con quien hicimos hermosas amistades”.
Ambas ministras enviadas, estuvieron acompañadas por sus familiares en esta celebración eucarística que se llevó a cabo en el templo parroquial de Sagrada Familia. Patricia Maldonado recibió el alba de parte de su esposo e hijos, mientras que Maritza Cabrera de parte de sus padres, que la acompañan acá en Chile.