Con profunda fe y alegría, la comunidad curicana celebró este domingo 12 de octubre la Fiesta Grande de la Virgen del Carmen, patrona de Chile, con diferentes misas durante la mañana y la tradicional procesión por el centro de la ciudad.
Desde tempranas horas, cientos de peregrinos se congregaron en el Santuario de la Virgen del Carmen de Curicó para participar de las distintas Eucaristías. La Misa Solemne se celebró a las 11:00 horas, la cual fue presidida por Mons. Galo Fernández, obispo de la Diócesis de Talca.
Durante su homilía, nuestro pastor diocesano destacó el profundo lazo que une al pueblo con la Virgen María, recordando que su presencia maternal acompaña la vida cotidiana de los creyentes: “Celebramos con inmensa alegría esta fiesta que expresa la gratitud, el amor, el vínculo profundo entre las familias del pueblo curicano y la Santísima Virgen María, Nuestra Señora del Carmen. Celebramos en esta fiesta no solo un amor que hoy está presente, sino un amor y una gratitud que experimentamos a lo largo de todo el año, de toda la vida”.
“La Virgen del Carmen acompaña la vida de tantos, de diversas formas, por el escapulario, por imágenes de la Virgen que tienen en sus casas, por grutas, por el peregrinar cotidianamente a este santuario y a otros lugares donde María y su amor nos acompañan”.
Inspirado en el pasaje de las bodas de Caná, el obispo invitó a los fieles a acoger el mensaje de María y a dejarse guiar por la voz de su Hijo. “Esta fiesta tiene una mezcla de venir con nuestro ruego a la Virgen Madre para que ella nos presente a Jesús, y un abrir el oído y el corazón para escuchar lo que el Señor nos indique. ‘Hagan lo que Él les diga’, nos dice María. Escuchemos la voz del Señor, Él que nos llama a vivir abiertos a nuestros hermanos, comprometidos con el bien, la paz y la justicia”.
“Él que nos habla de amor y perdón, de reencuentro en nuestra familia. Él que nos habla de una vida humilde, confiada en su amor y su misericordia. Celebremos con alegría esta fiesta, en que el agua se convierte en vino, en que nuestra fe y súplica se convierten en palabra del Señor que nos da esperanza, paz y consuelo”, subrayó.
Con gran fervor, los cantos, plegarias y ofrendas llenaron el templo de emoción y esperanza, reflejando la fe sencilla y profunda del pueblo curicano. Al concluir esta primera jornada, se dio paso a la misa de los peregrinos a las 13:00 horas y, por la tarde, a las 15:00 horas a la tradicional procesión y desfile en honor a la Virgen del Carmen, donde toda la ciudad volvió a expresar su amor a la Madre que camina junto a su pueblo.