Al mediodía del domingo 9 de noviembre se celebró la misa en envío en la iglesia catedral de Talca, ocasión en que también 24 adultos realizaron la primera comunión.
Mons. Galo Fernández Villaseca presidió esta celebración eucarística. Después de las lecturas del día el padre Marcelo Díaz, párroco de El Sagrario, presentó a Sergio Rosales Medel, quien junto a su esposa Patricia Díaz-Muñoz lleva 26 años participando en la Renovación Carismática Católica. Ha sido catequista de niños, jóvenes y adultos. Y está asumiendo la coordinación de la parroquia El Sagrario: “Estamos contento por su sí, por su familia, y damos gracias al Señor”.
En su homilía el padre Galo comentó que durante los primeros 300 años del cristianismo no hubo templos para el culto, “las primeras comunidades se reunían en las casas, en los lugares donde podían. Queda visible que la iglesia no es el templo, sino la comunidad convocada por el Señor. La comunidad donde habita el Señor y quienes hacen la iglesia son las personas, los miembros activos de la comunidad cristiana”.
El comercio ocurrido en el templo de Jerusalén es lo que molesta a Jesús: “Esa práctica Jesús la repudia y establece una nueva lógica en donde claro la reverencia ante la grandeza de Dios es fundamental (…) tiene que ser el lugar en que expresemos el amor, la gratitud, en donde entremos reverentes a la presencia del Señor”.
“El templo físico en realidad no es otra cosa que un símbolo del templo espiritual que juntos formamos los cristianos. Hoy día un hermano asume un servicio, un ministerio, y queremos expresar algo de eso. Ciertamente que él asume un servicio, pero cada miembro de la comunidad en el lugar que le toque está llamado a ser piedra viva del templo espiritual que formamos”.
Enfatizó el obispo de Talca que el oficio del ministro enviado es en parte ministro de la palabra y en parte ministro de la Eucaristía: “Es un servicio laical que está en función de ayudar al pueblo de Dios en su cercanía con la palabra y con la alegría de tener a Cristo. Parte importante de este oficio será cuidar que los que están más alejados, los que no pueden participar en la Santa Misa, especialmente adultos, mayores, enfermos puedan recibir la Eucaristía”.
Posteriormente vino el momento del envío y la intención de Sergio para asumir este servicio de ministro enviado. Luego, fue entregada el alba que le fue impuesta por su esposa y el padre Marcelo. Con un gran aplauso la asamblea acogió a este nuevo ministro de nuestra Iglesia.
Cabe destacar que Sergio Rosales fue acompañado en esta celebración por sus hijas Patricia Estefanía y Constanza Belén.