Bajo un sol intenso, cientos de jóvenes participaron el sábado 8 de noviembre en la tradicional Peregrinación Juvenil, que este año tuvo un recorrido especial desde el Santuario de Santa Teresa de Los Andes en Paula hasta el Santuario de Nuestra Señora de Las Mercedes en Limávida, en el marco del año jubilar.
La jornada comenzó temprano, a las 07:30 horas con la bienvenida en el Santuario de Paula. Minutos más tarde, a las 08:30 horas los peregrinos participaron de la Eucaristía presidida por el obispo de Talca, monseñor Galo Fernández, quien animó a los jóvenes a emprender el camino llenos del amor de Dios.
En su homilía, nuestro pastor diocesano recordó que el amor de Dios es la fuerza que impulsa la vida del creyente, señalando que “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones… esa es la diferencia total que tiene un creyente, saber que ha sido amado”.
Invitó a los jóvenes a vivir conscientes de ese amor y a transformarlo en servicio: “Quien ha sido amado se pone a caminar para entregar amor, para derramar amor, y esa es buena noticia para los que están tristes, afligidos o enfermos”.
Finalmente, destacó que el amor de Dios es la fuente de toda esperanza, la que nos sostiene para enfrentar las dificultades de la vida con fe y confianza.
Tras la comunión, el padre Rodrigo Molina, Vicario de la Pastoral Juvenil, expresó su alegría por la participación de tantos jóvenes provenientes de parroquias, colegios, la pastoral universitaria y movimientos de toda la diócesis. “Estamos muy contentos de volver una vez más a este lugar y reunirnos para caminar en la fe”, dijo.
Asimismo, invitó a los presentes a no perder nunca el entusiasmo por anunciar el Evangelio: “Nunca dejemos de anunciar claramente quién es Jesús, que es lo más importante y lo que nos une hoy”.
Iniciando el recorrido
Con el envío final, los peregrinos junto a la imagen de Santa Teresa de Los Andes comenzaron su caminar de 13 kilómetros bajo un intenso sol, animados por cantos, oraciones y momentos de reflexión. A lo largo del trayecto vivieron tres momentos importantes: el Arco de la Misericordia, donde los jóvenes se abrazaron fraternalmente; el Portal de la Comunidad, donde recibieron un denario y rezaron por una intención especial; y finalmente, al llegar al Santuario de Limávida, plasmaron su huella de colores en una cruz, signo del compromiso y la alegría compartida en la fe.
A pesar del calor y el cansancio, en cada paso se percibió la fuerza interior de la fe y la esperanza que movía a los jóvenes. Ya en el Santuario de Nuestra Señora de Las Mercedes, pudieron descansar bajo la sombra de los árboles y vivir un momento profundo de adoración al Santísimo, acompañado por la voz de la cantante Fran Correa, que ayudó a la oración y la reflexión.
La jornada culminó con la fiesta de la juventud en la explanada del santuario, donde la música, la alegría y la fraternidad sellaron esta Peregrinación Juvenil 2025, una experiencia que fortaleció el espíritu de los jóvenes y reafirmó su compromiso de seguir caminando como verdaderos peregrinos de la esperanza.