Entre cantos y oraciones centenares de fieles caminaron la tarde del domingo 7 de diciembre desde el ex recinto Fital hasta la cumbre del Cerro La Virgen de Talca. Allí, con el atardecer de fondo, el obispo Galo Fernández presidió la Eucaristía.
Desde las 19:00 horas, hombres, mujeres, jóvenes, niños, adultos mayores y numerosas agrupaciones de huasos a caballo acompañaron a la imagen de la Virgen María rumbo a la cumbre del cerro para agradecer, pedir por sus hogares o cumplir mandas.
La procesión se convirtió en un testimonio de fe viva, donde familias completas oraron, cantaron y con todo el ánimo pudieron completar el recorrido. Al llegar a la cima, la celebración continuó con la Eucaristía presidida por el obispo de la Diócesis de Talca, monseñor Galo Fernández, quien se mostró profundamente conmovido por la masiva participación. “Bendito sea Dios, qué alegría ver tantos hermanos y hermanas subiendo, acompañando a la Virgen, expresando su fe. Qué testimonio tan hermoso. Como la Virgen nos conmueve, nos despierta la fe, nos sostiene”.
En sus palabras, el pastor diocesano invitó a mirar a María como modelo de entrega total a Dios: “Ella es así, la puerta abierta que permitió la entrada del Salvador a nuestro mundo. Y ella es el modelo que nos encamina a una vida de disponibilidad para Dios (...) Nosotros también tenemos que aprender a vivir disponibles para Dios y buscando hacer espacio a Dios en este mundo”, señaló.
Monseñor Fernández también llamó a los presentes a orar por el país en este tiempo social y político relevante, invitando a elegir siempre el camino del bien común.
“Elijamos pensando en el bien de Chile y en particular en el bien de los últimos, de los más pequeños, pensando que hay en Chile progreso, desarrollo, pero que ese progreso y desarrollo llegue a todos los rincones a todos los espacios. Que se cuide nuestra cultura chilena con sus tradiciones y su amor a Dios y su amor al servicio en la patria. Celebremos esta Eucaristía pidiendo por Chile, teniendo presente todos los espacios de dolor que conocemos para que la Purísima venga con la fuerza del amor y nos comprometa a nosotros hacer instrumentos del amor al servicio de nuestra patria”.
La celebración concluyó con el tradicional rezo de la oración final del Mes de María, frente a la imponente imagen de la Virgen que custodia la ciudad desde lo alto del cerro, los cientos de peregrinos unieron sus voces, entregando intenciones, agradecimientos y esperanzas.
En tanto, en Curicó la fiesta de la Inmaculada Concepción se celebró en la mañana del 8 de diciembre con la procesión al cerro Condell, y la misa presidida por el Vicario Zonal, el padre Luis Alarcón.
Así mismo, el Santuario de la Inmaculada Concepción de Corinto acogió a miles de devotos que llegaron este lunes 8 de diciembre a venerar a la Purísima. A pesar del intenso calor fue una jornada en que la fe se sentía por todos los rincones.