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22 Dic2023

“¡Alégrate!”

p luis alarP. Luis Alarcón Escárate
Vicario Episcopal Talca Ciudad y Pastoral Social
Capellán Universidad Santo Tomás Talca

El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: <<¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo>>. Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: <<No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin>>. María dijo al Ángel: <<¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relación con ningún hombre?>>. El Ángel le respondió: <<El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios>>. María dijo entonces: <<Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mí según tu Palabra>>. Y el Ángel se alejó (Lucas 1, 26-38).

Comparto un texto del Padre Pagola: “El relato de la anunciación de María es una invitación a despertar en nosotros algunas actitudes básicas que hemos de cuidar para vivir nuestra fe de manera gozosa y confiada. Basta que recorramos el mensaje que se pone en boca del ángel.

<<Alégrate>>. Es lo primero que María escucha de Dios, y lo primero que hemos de escuchar también nosotros. <<Alégrate>>: esa es la primera palabra de Dios a toda criatura. En estos tiempos, que a nosotros nos parecen de incertidumbre y oscuridad, llenos de problemas y dificultades, lo primero que se nos pide es no perder la alegría. Sin alegría, la vida se hace más difícil y dura.

<<El Señor está contigo>>. La alegría a que se nos invita no es un optimismo forzado ni un autoengaño fácil. Es la alegría interior que nace en quien se enfrenta a la vida con la convicción de que no está solo. Una alegría que nace de la fe. Dios nos acompaña, nos defiende y busca siempre nuestro bien. Podemos quejarnos de muchas cosas, pero nunca podremos decir que estamos solos, pues no es verdad. Dentro de cada uno, en lo más hondo de nuestro ser, está Dios, nuestro Salvador.

<<No temas>>. Son muchos los miedos que pueden despertarse en nosotros. Miedo al futuro, a la enfermedad, a la muerte. Nos da miedo sufrir, sentirnos solos, no ser amados. Podemos sentir miedo a nuestras contradicciones e incoherencias. El miedo es malo, hace daño. El miedo ahoga la vida, paraliza las fuerzas, nos impide caminar. Lo que necesitamos es confianza, seguridad y luz.

<<Has hallado gracia ante Dios>>. No solo María, también nosotros hemos de escuchar estas palabras, pues todos vivimos y morimos sostenidos por la gracia y el amor de Dios. La vida sigue ahí, con sus dificultades y preocupaciones. La fe en Dios no es una receta para resolver los problemas diarios. Pero todo es diferente cuando vivimos buscando en Dios luz y fuerza para enfrentarnos a ellos.

En estos tiempos no siempre fáciles, ¿no necesitamos despertar en nosotros la confianza en Dios y la alegría de sabernos acogidos por él? ¿Por qué no nos liberamos un poco de miedos y angustias enfrentándonos a la vida desde la fe en un Dios cercano?” (“El camino abierto por Jesús”, pág. 19-20).

Necesitamos abrirnos a la alegría, pasamos mucho tiempo pensando en lo malo que pareciera que nos acostumbramos y el mundo tiene más de bueno, tiene mucha más luz que oscuridad. Les dejo invitados a sus comunidades para celebrar en esta noche el Nacimiento de Jesús, el que celebramos y que no está en ningún comercial de televisión o de radio. Gracias a él, la vida.

Cuarto domingo de Adviento, 24 de diciembre.

Diseño, Edición y Producción: Departamento de Comunicación Social.
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