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12 Sep2025

“Hijo mío, siempre estoy a tu lado”

p luis alarP. Luis Alarcón Escárate
Párroco San José-La Merced
Vicario Episcopal Curicó-Pastoral Social
Capellán CFT-IP Santo Tomás Curicó

“Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. Es justo que haya fiesta y alegría, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado” (Lucas 15, 1-32).

Como en anteriores ocasiones el Padre Pagola nos entrega una reflexión que ayudará a mirar personal y comunitariamente nuestra realidad en la cual Dios va quedando en un rincón perdido de la vida, y más doloroso aún es que se hace con premeditación y alevosía. Nos dice el Padre Pagola: “En ninguna otra parábola ha querido Jesús hacernos penetrar tan profundamente en el misterio de Dios y en el misterio de la condición humana. Ninguna otra es tan actual para nosotros como ésta del "Padre bueno".

El hijo menor dice a su padre: «Dame la parte que me toca de la herencia». Al reclamarla, está pidiendo de alguna manera la muerte de su padre. Quiere ser libre, romper ataduras. No será feliz hasta que su padre desaparezca. El padre accede a su deseo sin decir palabra: el hijo ha de elegir libremente su camino.

¿No es ésta la situación actual? Muchos quieren hoy verse libres de Dios, ser felices sin la presencia de un Padre eterno en su horizonte. Dios ha de desaparecer de la sociedad y de las conciencias. Y, lo mismo que en la parábola, el Padre guarda silencio. Dios no coacciona a nadie.

El hijo se marcha a «un país lejano». Necesita vivir en otro país, lejos de su padre y de su familia. El padre lo ve partir, pero no lo abandona; su corazón de padre lo acompaña; cada mañana lo estará esperando. La sociedad moderna se aleja más y más de Dios, de su autoridad, de su recuerdo... ¿No está Dios acompañándonos mientras lo vamos perdiendo de vista?

Pronto se instala el hijo en una «vida desordenada». El término original no sugiere sólo un desorden moral sino una existencia insana, desquiciada, caótica. Al poco tiempo, su aventura empieza a convertirse en drama. Sobreviene un «hambre terrible» y sólo sobrevive cuidando cerdos como esclavo de un extraño. Sus palabras revelan su tragedia: «Yo aquí me muero de hambre».

El vacío interior y el hambre de amor pueden ser los primeros signos de nuestra lejanía de Dios. No es fácil el camino de la libertad. ¿Qué nos falta? ¿Qué podría llenar nuestro corazón? Lo tenemos casi todo, ¿por qué sentimos tanta hambre?

El joven «entró dentro de sí mismo» y, ahondando en su propio vacío, recordó el rostro de su padre asociado a la abundancia de pan: en casa de mi padre «tienen pan» y aquí «yo me muero de hambre». En su interior se despierta el deseo de una libertad nueva junto a su padre. Reconoce su error y toma una decisión: «Me pondré en camino y volveré a mi padre».
¿Nos pondremos en camino hacia Dios nuestro Padre? Muchos lo harían si conocieran a ese Dios que, según la parábola de Jesús, «sale corriendo al encuentro de su hijo, se le echa al cuello y se pone a besarlo efusivamente». Esos abrazos y besos hablan de su amor mejor que todos los libros de teología. Junto a él podríamos encontrar una libertad más digna y dichosa”.

Que estos días de preparación a las celebraciones patrias podamos tener un “tiempito” para reflexionar sobre este Dios “Padre Bueno” que acompaña nuestra historia: nuestra nación, como hijo pródigo, está invitado siempre a volver a los brazos de su Padre que lo ama y lo espera.

Vigésimo cuarto domingo del año, 14 de septiembre 2025.

05 Sep2025

Discernir es sentarse a considerar

p luis alarP. Luis Alarcón Escárate
Párroco San José-La Merced
Vicario Episcopal Curicó y Pastoral Social
Capellán CFT-IP Santo Tomás Curicó

Junto con Jesús iba un gran gentío, y Él, dándose vuelta, les dijo: Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo. El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. ¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: “Este comenzó a edificar y no pudo terminar”. ¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil? Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz. De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo (Lucas 14, 25-33).

Estamos ya muy avanzados en el año litúrgico y junto con celebrar este mes de la Patria, estamos invitados a mirar con mayor atención y ojalá siempre la palabra de Dios en este mes de la Biblia. 

En este cuarto de siglo XXI vemos que la adhesión a la iglesia ha bajado de manera significativa. Es un dolor grande para una institución que acostumbraba a tener toda la atención y sus palabras eran órdenes para quienes asistían a las asambleas o, estando fuera la respetaban por sus grandes obras de bien en la construcción de las sociedades europeas y americana, así también en África, Asia y Oceanía. Así también era en nuestro país hasta estos últimos años en los cuales por diversas razones ha bajado el número de militantes en la Iglesia, no así la fe de los chilenos. En esa medida es un dolor que producto de un mal testimonio se dañe la fe de tanta gente sencilla.

Pero mirando desde la dimensión de quienes han madurado y se han adherido con fe verdadera y profunda podemos destacar su valentía por atreverse a mantener una bandera en alto para proclamar que los errores de muchos no son la verdadera cara de la iglesia, sino que de modo personal han caído en pecado y en delitos graves.

Los hombres y mujeres de fe se han afirmado mirando a Jesucristo que los inspira y los mueve a seguirlo con entusiasmo permanente y, con realismo se sientan a pensar cuales son las tareas que deben fortalecerse dentro de todo el quehacer que la iglesia tiene como expresión de la solidaridad de Jesús por los más pobres, de la enseñanza que Jesús entrega a los más abandonados y que la piden con insistencia. El sentarse a reflexionar no es una forma de evadir la lucha sino la búsqueda que permite darle un sentido mejor y de ese modo la eficacia en la tarea será realmente notoria y fructífera para que los hombres y mujeres del mundo elijan seguir al maestro con todas las implicancias que el Evangelio trae consigo.

Si bien es cierto, hay una gran preocupación por lo litúrgico, la enseñanza de la palabra de Dios, la doctrina de la iglesia en lo social, lo dogmático, etc.; el objetivo de esto es para que cada cristiano conozca lo que orienta el actuar de la iglesia a partir de la enseñanza de Cristo, pero que cada uno en su creatividad, en los talentos recibidos, puede ir haciendo vida cada día en actividades que permitan crecer en esa dimensión de Hijo de Dios que cada persona es. Por lo tanto, la acción pastoral no es solo aprender un rezo de memoria, sino que será aprender cómo deben ser las relaciones humanas según el Señor; cómo un invento técnico no debería quitarle el lugar al hombre como sujeto de la historia; cómo la política debe ser un servicio a la convivencia humana y no formas de hacer sentir el dominio de los poderosos.

Vigésimo tercer domingo del año, 7 de septiembre 2025.

30 Ago2025

“Feliz de ti, porque no tienen cómo retribuirte”

p luis alarP. Luis Alarcón Escárate
Párroco San José-La Merced de Curicó
Vicario Episcopal Curicó y Pastoral Social
Capellán CFT-IP Santo Tomás Curicó

Un sábado, Jesús entro a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola: <<Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: “Déjale el sitio”, y así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar. Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: “Amigo, acércate más”, y así quedarás bien delante de todos los invitados. Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado>>. Después dijo al que lo había invitado: <<Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!>> (Lucas 14, 1. 7-14).

Estamos culminando el mes de la solidaridad. Y en una reflexión del Padre Pagola, nos dice: “Vivimos en una sociedad en donde prácticamente todo se compra y se paga. El trabajo, los servicios, la enseñanza, el deporte, el ocio…

Nuestra sociedad produce con frecuencia un tipo de hombre egoísta, insolidario, consumista, de corazón pequeño y horizonte estrecho, incapaz de amar con auténtica generosidad.

Es difícil en nuestra sociedad ver gestos verdaderamente desinteresados y gratuitos. Con frecuencia, hasta la amistad y el amor aparecen directa o indirectamente mediatizados por el interés y el egoísmo.

Por eso resulta duro a nuestros oídos escuchar la invitación desconcertante de Jesús: “Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote y quedarás pagado. Cuando des una comida, invita a los pobres …”

Jesús no critica la amistad, las relaciones familiares ni el amor gozosamente correspondido. Pero nos invita a reflexionar sobre la verdad última de nuestra conducta.

Amar al que nos ama, ser amable con el que lo es con nosotros, puede ser todavía el comportamiento normal de un hombre egoísta en donde el propio interés sigue siendo el criterio principal de nuestras preferencias y de nuestra predilección.

Sería una equivocación creer que uno sabe amar de verdad y con generosidad por el simple hecho de vivir en armonía y saber desenvolverse con facilidad en el círculo de sus amistades y en las relaciones familiares. También el hombre egoísta “ama” mucho a quienes le aman mucho.

Saber amar no es simplemente saber tratar debidamente a aquél al que me liga una amistad, una simpatía o una relación social. Saber amar es no pasar de largo ante nadie que me necesite cerca.

Jesús pensaba en una sociedad en la que cada uno se sintiera servidor de los más necesitados. Una sociedad muy distinta de la actual, en la que los hombres aprendiéramos a amar no a quien mejor nos paga sino a quién más nos necesita.

Es bueno preguntarnos con sinceridad qué buscamos cuando nos acercamos a los demás. ¿Buscamos dar o buscamos recibir? Solo ama el que es capaz de comprender aquellas palabras de Jesús “Hay más felicidad en dar que en recibir”.

Vigésimo segundo domingo del año, 31 de agosto 2025.

22 Ago2025

“Entrar por la puerta estrecha”

p luis alarP. Luis Alarcón Escárate
Párroco San José-La Merced de Curicó
Vicario Episcopal Curicó y Pastoral Social
Capellán CFT-IP Santo Tomás Curicó

Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. Una persona le preguntó: <<Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?>>. Él respondió: <<Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: “Señor, ábrenos”. Y él les responderá: “No sé de dónde son ustedes”. Entonces comenzarán a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas”. Pero él les dirá: “No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!”. Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos (Lucas 13, 22-30).

Antiguamente nos acostumbramos a esperar que las personas vinieran a buscar diversos servicios de tipo pastoral: sacramentos, bendiciones puntuales, una confesión o conversación de tipo orientación para la vida y algunas tareas de caridad. Pero el Sínodo de hace treinta años en nuestra diócesis y luego de la sinodalidad convocado por el Papa Francisco nos ha dispuesto de manera activa en la mirada a una realidad que plantea infinitas preguntas a los fieles y se deben responder responsablemente y con la misma intención y tono que Jesús lo haría. Muchos creen que la vida cristiana es un simple cumplimiento de normas estrictas y referidas a lo cultual. Pero Jesús y el sínodo nos aclaran que el mundo entero es depositario de la Buena Nueva. La palabra de Dios debe llegar al corazón del hombre y desde ahí al corazón del mundo.

Surge, entonces, la preocupación por las relaciones humanas fraternas, la justicia social y la doctrina social que la inspira, porque todos los problemas humanos son problemas de la Iglesia. Surge una mirada nueva hacia el planeta en el cual habitamos porque vemos que se ha desgastado y la tierra fértil ya no lo es tanto, el agua que consumimos se ha hecho escasa y en muchos lugares se ha contaminado con la basura y el plástico, que es el mayor invasor. Todo esto provocado por la mano del hombre.

Dios quiere que todos se salven, es cierto. Pero conocemos su propuesta que trae consigo una opción personal de seguirlo y vivir como él lo ha hecho. De ahí este ejemplo de la puerta ancha y la puerta angosta. Quienes de verdad hacen una opción saben que implica trabajo, esfuerzo, creatividad, porque somos compañeros de viaje de Jesús. No somos “tirados”, como los que miran y siguen desde la calle los desfiles, y no se comprometen con nada ni con nadie, vieron a Jesús pasar, lo conocen como los que piden autógrafos a los famosos, pero no viven ni sienten como él.

El amigo de Jesús sabe su preocupación, su alegría y su pena; le acompaña, pero, además se compromete con su misma suerte que será la cruz. Vergüenza para los judíos, pero signo de victoria para los que entraron por la puerta estrecha.

Vigésimo primer domingo del año, 24 de agosto 2025.

17 Ago2025

Padre Hurtado, un santo que nos acercó el Reino

p luis alarP. Luis Alarcón Escárate
Párroco San José-La Merced de Curicó
Vicario Episcopal de Curicó y Pastoral Social
Capellán CFT-IP Santo Tomás Curicó

Jesús dijo a sus discípulos: Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡Y cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡Y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente! ¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división. De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra (Lucas 12, 49-53).

Mañana lunes, celebramos el día de San Alberto Hurtado. Denominado Padre de la Patria del siglo XX por el gobierno de Chile. Es un gran honor que un hombre de fe, un pastor, haya dejado una huella tan grande en lo que significa la lucha contra inmensos males que afectan a nuestro país. Hasta el día de hoy su inspiración mueve a miles de jóvenes y adultos a servir en las vulnerabilidades que padecemos: gente de calle, personas sin un techo donde vivir dignamente, adultos mayores abandonados, drogadicción y alcoholismo, misiones en todos los rincones de Chile para mejorar las condiciones de los habitantes.

Su palabra, como el evangelio, ha venido a traer fuego sobre la tierra. Muchos católicos antiguos se sintieron ofendidos por la pregunta ¿Es Chile un país católico? que hace más de sesenta años les enrostraba a aquellos que llenaban los templos cumpliendo un rito de manera permanente pero que veían las calles llenas de pobreza, gente durmiendo bajo los puentes, los campesinos trabajando de sol a sol y sus hijos también como si fueran esclavos de esos patrones tan devotos.

La pregunta del padre Hurtado invita a purificar la fe. A convertirse de manera más profunda. El fuego no es un deseo de destrucción, sino que es purificación. Como siempre lo hicieron los campesinos antes de comenzar la tarea de preparación para las siguientes siembras y cosechas. Es una invocación a la fuerza del Espíritu Santo que nos aclarará todas las cosas y permitirá que podamos discernir de manera clara todo lo que debemos hacer para que se haga más visible y creíble lo que Jesús nos propone en su evangelio.

Hoy, seguramente su palabra nos interpelaría ante la situación de la casa común. Durante los días de agosto, muchas motivaciones de las semanas sociales nos han hecho tomar conciencia de que la solidaridad tiene también un alcance sobre la superficie en la cual habitamos. Nuestra región es de las que mayor déficit hídrico ha tenido. Es decir, durante los últimos años, no ha llovido lo que se necesita y esa situación es muy preocupante por la agricultura y por la vida de quienes vivimos en la Región del Maule.

Estoy seguro de que el Padre Hurtado ya estaría animándonos a una Eco-Misión. A una mayor conciencia y acción por revertir una situación a la cual llegamos con cien años de atraso.

El amor que un cristiano tiene a Dios debe expresarse en un amor al prójimo como a uno mismo y a la tierra en la cual ha nacido y hace su vida, que sufre dolores de viejo y de enfermo.

Durante estos días los animo a tener diálogos para comprender mejor nuestro compromiso como hombres y mujeres de fe en la construcción de una sociedad solidaria, estamos invitados a que nuestro compromiso misionero se exprese en la participación en el llamado a cuidar nuestra casa común. A veces, cuando no se comprende nuestra vocación de enseñar o de animar, algunos se alejan o separan, no es el deseo del Señor Jesús, pero es el ejercicio de la libertad de los hijos que decidan su camino en conciencia.

Vigésimo domingo del año, 17 de agosto 2025.

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